Ya estamos de lleno en la temporada más calurosa del año, y como en todas las estaciones, hay que tener en cuenta los alimentos más aprovechables de esta época. Son muchos y con todos ellos podemos preparar unas recetas exquisitas, para exprimirlos al máximo durante sus mejores meses.
Pescados y mariscos
Comenzamos con las sardinas, las primeras que aparecen como pescado del verano, con su intervención típica en la noche de San Juan, sobre todo en zonas costeras. Las sardinas pertenecen a la familia de pescado azul, y son fuente de omega 3, lo que favorece el control del colesterol. Hay varias maneras de cocinar este pescado y que se convierta en uno de los manjares que evoquen el verano. Espetos, barbacoa o al horno: quedan siempre bien.
Seguimos con el bonito del norte, otro pescado azul de verano, cuya captura es más abundante durante los meses estivales. También es rico en omega 3 y en vitaminas B, A y D. Además, contiene minerales como hierro, magnesio, potasio o fósforo, lo que le convierte en un alimento muy recomendable para llevar una dieta sana y equilibrada aprovechando sus meses de auge. Para degustarlo como se merece se puede cocinar de varias maneras: un sabroso bonito con tomate y pimientos nunca falla, encebollado está exquisito o en la preparación clásica del marmitako.
Terminamos con la caballa, sabor y consistencia muy especiales y característicos del verano. Muy apreciada por la firmeza de su carne, y como el bonito del norte, rica en vitaminas y minerales. Al horno siempre funciona, pero para los cocineros más avanzados proponemos una caballa en escabeche casero, queda deliciosa.
En cuanto a los mariscos, las variedades veraniegas incluyen el magnífico bogavante, que comienza su mejor época a mediados de julio. Es rico en proteínas y aporta la mayoría de los aminoácidos esenciales: un arroz caldoso con este marisco constituye una opción espléndida para una buena reunión de amigos en vacaciones. Otro crustáceo que no se debe dejar de lado es la nécora, que nos aporta múltiples vitaminas, minerales y ácidos grasos. La forma más sencilla de cocinarla es con agua hirviendo, algo de sal y unas hojas de laurel.
También debemos probar este verano al hermano pequeño de los crustáceos que acabamos de nombrar, la gamba roja. De carne firme y sabrosa, algo más pequeña que el langostino, y cocinándola tan sólo en una plancha con algo de sal se convierte en una maravilla gastronómica. Además, cómo no, también son beneficiosas para nuestro organismo gracias a su alto contenido en yodo, que ayuda a nuestro metabolismo, y a su bajo contenido en grasas.
Frutas y verduras
Hay tantas que es difícil elegir: incluyéndolas en nuestras comidas o tomándolas solas entre horas sirven para refrescar los momentos más calurosos del verano.
Dos frutas muy típicas en estos meses son la sandía y el melón. Lo mejor es que se pueden comer a cualquier hora, fresquitas, solas, o en forma de zumo, batido o incluso añadidas en platos como ensaladas. Irresistibles en cualquier momento. Además, contienen una gran cantidad de agua, por lo que son perfectas para mantenernos hidratados en las horas de mayores temperaturas.
Otro clásico del verano son los melocotones y las nectarinas. Estas frutas que se esperan con ansia durante todo el invierno, y que llegan primero desde Andalucía y más tarde desde Lérida y Aragón. No sólo su sabor nos cautiva, también sus propiedades; son las frutas con mayor contenido en carotenos, además de fibra, potasio y la necesaria vitamina C. La manera más común de comerlos es solos, a cualquier hora del día, pero también se pueden añadir a comidas, y siempre lo más recurrido son las ensaladas.
La última fruta veraniega que comentaremos será la cereza. Hay que darse prisa porque su época estrella dura tan sólo hasta mediados del verano, y hay que aprovecharla mientras podamos. Es una fruta muy rica en azúcares, además de tener un gran poder antioxidante. Son muy apreciadas por tener un sabor dulce, además de un gran efecto refrescante. Y como añadido, comerlas nos ayuda a tener una piel más sana e hidratada.
En cuanto a las verduras, también hay gran variedad y las podemos aprovechar para incluirlas en todas las comidas que nos apetezcan. Os nombraremos algunas de ellas para que estéis atentos cuando hagáis vuestras compras en Monte Pinos y no las dejéis escapar.
La cebolla, ese alimento que es indispensable en la mayoría de platos mediterráneos está ahora de temporada. Además, es diurética y previene enfermedades cardiovasculares. Otra verdura muy recurrida en multitud de platos es el calabacín, sobre todo porque es el más utilizado en las dietas, con un excelente sabor y rico en ácido fólico, fibra y potasio.
Como verdura de temporada también nos encontramos con la calabaza, que por muchos es asociada más al otoño, pero la realidad es que el verano también es su mejor época. De entre sus beneficios destacamos que es antioxidante y rica en vitamina A. Por último, nombraremos a las judías verdes, una legumbre muy apreciada por su alto contenido en fibra, además de tener pocas calorías y muchos minerales.
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