¿Sabíais que apostar por una dieta saludable aumenta el nivel de felicidad? Como leéis. Esta reflexión la compartía recientemente en un artículo la dietista integrativa de Harvard Medical School, NeusElcacho, en el que se desprendía la importancia de combinar hábitos de vida saludable con una alimentación sana para conseguir ser más felices. Los expertos coinciden en que hay una relación directa entre lo que se ingiere y nuestra estabilidad emocional.
Autora del libro la dieta de las emociones afirma que “las emociones forman parte de nuestro organismo, y si comemos muchos azúcares o alimentos procesados tendremos consecuencias a este nivel”.
Pero no sólo es importante lo que comemos, sino cómo comemos. Muchos de estos trucos ya los sabemos, pero conviene recordarlos. Ambiente cómodo y tranquilo y masticar despacio para disfrutar de cada bocado. Hay que saborear los alimentos, así lograremos aumentar el nivel de saciedad y digestiones menos pesadas.
¿Qué alimentos ayudan a nuestra felicidad? Pues los expertos coinciden: cacao puro y vainilla sin azúcares, un buen pan de calidad elaborado a partir de harina integral que no sea de trigo ni incluya levadura y sal, semillas, frutos secos, verduras, frutas y germinados, alimentos con omega 3 como semillas de chía, lino y sus aceites, pescado azul pequeño, como sardinas, boquerones y anchoas, huevos ecológicos, una carne de calidad, aceite de oliva y aguacate, y por supuesto, un bien muy preciado como el agua.
Compartimos también los alimentos de los que debes huir. Todos aquellos que contengan azúcares añadidos, como la bollería, los zumos, las bebidas con gas, las galletas, las magdalenas y el chocolate convencional, alimentos elaborados con aceite de palma refinado o grasas trans, cereales de desayuno o pasta y arroz refinados (no integrales), alimentos procesados a los que se haya añadido fructosa, melaza, jarabe de maíz, sorbitol, maltitol o xilitol, bebidas con alcohol, pizza convencional, comida rápida como perritos y hamburguesas, exceso de sal y alimentos con glutamato monosódico.
No sólo lo tenemos fácil, sino que contamos con nuestra dieta mediterránea para mejorar nuestro estado de ánimo. Un estudio llevado a cabo por investigadores franceses constataba que esta dieta disminuye hasta en un 33% la posibilidad de sufrir depresión.
Queremos aprovechar para promocionar nuestra dieta mediterránea, basada en un alto consumo de productos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos), pan y otros cereales (siendo el trigo el alimento base), el aceite de oliva como grasa principal, el vinagre y el consumo regular de vino en cantidades moderadas. ¿No se hace apetecible?
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