¿Quién dijo que San Valentín era solo para celebrar en pareja? El origen de esta festividad precisamente habla de la celebración del amor y la amistad. Ahora, que pasamos gran parte del tiempo en casa, celebremos una comida de San Valentín con ese alguien especial que más queremos: padre, madre, hermano, un amigo, la pareja o incluso, ¡vuestra mascota!

Para triunfar y sorprender en este día lo tenemos muy fácil. Tenemos un trato tan cercano con ese alguien especial que nos conocemos los gustos y sus manías al dedillo. Aquí una opción es tirar de originalidad y dar un toque diferente a esa comida de San Valentín. Quizá innovar en el plato principal, o en el postre, o incluso, en el ambiente.

¿Cómo podéis hacer para que este día sea especial incluso en casa? Como se suele decir, no hay que esperar a fechas señaladas para decir un te quiero o para demostrar el cariño hacia otra persona o ese alguien especial. Os lo vamos a poner muy fácil con algunos trucos para que esa comida de San Valentín sea especial. Además, podréis ponerlo en práctica en otras ocasiones:

  1. Romanticismo. Aquí se trata de dar rienda suelta a los sentimientos. Ahora que los abrazos se venden caros, puedes decir con unas bonitas palabras lo importante que es esa persona o lo que significa en vuestra vida. Qué es lo que más os gusta, cuáles son las cosas buenas de esa persona. A todos nos gusta escuchar de vez en cuando lo que tenemos de bonito y sacar a relucir nuestras virtudes. Esto es una terapia maravillosa que viene bien hacer de vez en cuando porque acerca mucho a las personas, y es un gesto muy sencillo y lleno de sinceridad.

 

  1. Originalidad. Nada como hacer algo diferente para sorprender o hacer que una ocasión se vuelva especial. Una comida de San Valentín lo merece. En nuestro blog podéis encontrar un sinfín de propuestas, pero os recomendamos lanzaros a alguna receta gourmet. Con ese toque tenéis asegurado que será una comida única.

 

  1. Sencillez. Esto es algo que siempre se ha dicho y que aplica en todos los ámbitos. Porque en la simplicidad radica el éxito. Todos lo sabemos, el hecho de que os toméis un momento para pensar en lo que le puede hacer feliz o le puede gustar a otra persona, ya es una muestra clara de que os importa, y eso se percibe. No hace falta complicarse mucho, una comida de San Valentín sencilla será perfecta. Aquí dependerá de a quien queráis sorprender. Aunque los platos sean de alto copete, un toque informal puede ser el toque perfecto. Comer en el suelo, o usar vajilla de cartón, así por un día recoger será fácil y rápido.

 

  1. Calidez. Las veladas románticas ya están muy vistas. Hay algo más que velas para dar calidez. Una buena música de ambiente o una película pueden ser dos opciones originales para una comida de San Valentín. Puede ser la canción o grupo favorito de vuestra pareja, vuestros padres, vuestro familiar o de ese amigo tan especial. Una vez más conocéis sus gustos a la perfección así que será fácil conseguir sorprenderles. Si además podéis arrancar un baile, mejor que mejor. Y si optáis por la película, puede ser el momento perfecto para repetir esa que tanto les gusta o disfrutar viendo juntos una nueva.

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