Somos afortunados: en nuestro país contamos con una carne de excelente calidad y variedad. Los que disfruten la carne saben lo versátil que es, ya que puede cocinarse de muchas maneras, como a la plancha, al horno, asada, hervida, guisada… y acompañarse con todo tipo de guarniciones y salsas. ¡Es un plato fácil de cocinar, lleno de nutrientes y muy sabroso!
La principal diferencia entre los distintos tipos de carne es su color: puede ser roja o blanca, dependiendo del animal del que proceda. ¿Sabemos en qué más se diferencia?
La roja proviene del ganado vacuno (si es de ternera o de buey, entre otros), de vísceras (el hígado, por ejemplo) o de caza (como podría ser la de la codorniz). Debe su color rojizo a la mioglobina, una proteína rica en hierro.
La principal ventaja de este tipo de carne respecto a la blanca es que es más jugosa y tiene más hierro, lo que ayuda a prevenir problemas como la anemia. Sin embargo, también contiene más grasa, por lo que no se debe consumir muy a menudo, especialmente quienes tengan el colesterol alto.
Además, la carne roja es rica en purinas, algo que deben cuidar quienes vigilen su ácido úrico. Sin embargo, la carne roja es perfecta para formar parte de una dieta equilibrada, siempre que no se consuma en exceso, se cocine adecuadamente (olvidemos las frituras, empanados y rebozados) y se acompañe con una guarnición saludable.
Tomar carnes de este grupo le viene bien a los deportistas, porque les aporta hierro, que es bueno para evitar la fatiga, y proteínas, que ayudan a fortalecer los músculos y a recuperarlos tras el ejercicio.
Por su parte, la carne blanca es la que se encuentra en las aves (como el pollo, el pavo, el ganso o el pato) y en el conejo. Tiene menos hierro que la roja, pero también menos grasa. Por eso se puede consumir con más frecuencia. Además, ese bajo contenido graso permite digerirla mejor.
En otro apartado distinto están el cerdo y el cordero, puesto que sus carnes pueden ser blanca o roja dependiendo de la edad del animal. Cuando son más jóvenes sería blanca, mientras que se convertiría en roja una vez que fuesen adultos. Además, en el caso del cerdo habría que tener en cuenta qué parte de su cuerpo es carne roja o blanca. Por ejemplo, el lomo estaría clasificado como blanca, mientras que el solomillo sería roja.
Tanto la carne roja como la blanca están deliciosas y aportan vitaminas, proteínas y minerales buenos para nuestro organismo. Si estás pensando en preparar tu próximo menú con ellas como protagonistas, pásate por nuestros establecimientos de Monte Pinos Selección y elige entre la variedad de la que disponemos. También puedes visitar nuestra web y comprar online: http://montepinoseleccion.es/