• Descubrid qué precauciones se deben de tener para comer marisco en verano.

  • ¿Sabíais que el marisco es uno de los alimentos más sensible a los cambios de temperatura?

Muchos elegís como destino de vacaciones algunos lugares donde el marisco es un auténtico manjar. Otros preferís traeros el marisco a casa pero, ¿sabéis cómo consumirlo?

En Monte Pinos Selección somos muy fans del marisco, y os queremos dejar algunas recomendaciones para que sepáis cómo comer marisco en verano. Sin duda el lugar donde lo compréis debe ser de vuestra confianza, donde apuesten por proveedores de máxima calidad.

Con la llegada del calor, consumir marisco en verano se vuelve más peligroso. Los moluscos filtran el agua de mar a través de su organismo para alimentarse y en ese proceso pueden acumular bacterias y otros microorganismos. Por eso, os dejamos unos consejos para comprar y cocinar marisco en verano, y evitar posibles intoxicaciones:

  • Fijarse en etiquetados. Comprobad que identifiquen que han sido sometidos a los procesos adecuados y a los controles de seguridad.
  • Apostar por lo fresco. Si las conchas de almejas, ostras y mejillones están rotas o agrietadas, hay que desecharlas porque podrían contener bacterias. Si se le da un ligero golpe y las conchas se cierran, es que están vivos, y por tanto frescos. Las patas de langostas y cangrejos se tienen que mover un poco si están vivos y frescos. Una vez muertos, pierden movimiento y se descompone rápidamente su carne. Por ello se deben escoger aquellos que aún mantienen la vida.
  • Fijaros en el color, el brillo y sobre todo el olor. Esto por ejemplo es importante en el caso de las gambas rojas y blancas.
  • No dejar muy crudo porque habrá más riesgos de intoxicación. Al cocinar los moluscos siempre debéis desechar los que no se abran con el calor. Las gambas, por ejemplo, deben adquirir un color coral si se cocinan a la plancha.
  • Evitar que se rompa la cadena de frío. Las ostras, almejas, las navajas y los berberechos deben estar vivos hasta el momento de su elaboración. Lo importante es evitar que se rompa la cadena de frío, es decir, acortar los tiempos entre compra y conservación. Cuando lo saquéis de la nevera os aconsejamos taparlo con un paño para que conserve mejor la humedad.
  • Guardarlo y manipularlo completamente separado de otros alimentos, y dejarlo en el estante inferior del frigorífico a no más de 5 grados de temperatura.
  • Cocinar los pescados con sal. Es una barrera natural que protege de la mayoría de las bacterias.

El marisco nos aporta una gran cantidad de nutrientes por lo que os animamos a no dejar de consumirlo, pero siempre con mucha precaución. Sólo hay que prestar atención a las indicaciones de los expertos para poder comer marisco este verano, y no dejar este manjar si nos apetece saborearlo en casa o en nuestro lugar de vacaciones elegido. En ese caso, si además buceáis por internet, descubriréis recetas más que originales para este verano.

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