Parece una obviedad, y lo primero que se nos viene a la cabeza es la nevera. Pero más allá del refrigerador encontramos variedad de técnicas para que nuestros alimentos se encuentren en calidades óptimas con las altas temperaturas.

Por supuesto, hay alimentos que necesitan de refrigeración en cualquier época del año, como por ejemplo, las carnes, el pollo, el pescado… son alimentos que si no están a la debida temperatura pueden desarrollar bacterias que afecten a nuestro organismo.

Para otros alimentos sí existe la posibilidad de que aguanten fuera del frigorífico. Os lo contamos:

Como primer consejo: conviene planificar correctamente lo que se va a ingerir, y así consumir los alimentos lo antes posible una vez los compramos es lo más indicado. Cuanto más frescos los comamos, mejor.

Las patatas, cebollas, los ajos o los tomates pueden conservarse sin problemas durante semanas fuera de la nevera, siempre y cuando se guarden en lugares, frescos, secos y alejados de la luz del sol. Lo ideal sería meter los alimentos en recipientes cerrados, pero con algún agujero para que ventilen.

Otro truco importante para mantener las frutas en buen estado sin estar en la nevera es no mezclarlas, porque cada fruta tiene su proceso de maduración y se perjudican entre sí. Por ejemplo, no es bueno colocar las manzanas y los plátanos cerca de otras frutas, ya que tienen un compuesto que acelera el proceso de maduración de las que estén cerca.

Las frutas y hortalizas como los pimientos, berenjenas, naranjas, melones o sandías pueden estar también fuera del frigorífico, pero se recomienda consumirlos antes de una semana. Estos alimentos se mantienen bien fuera gracias a sus pieles, que los protegen de la deshidratación. Siempre, por supuesto, alejados de la luz directa del sol, y colocados en lugares secos.

También hay técnicas para preservar comida fuera de la nevera que quizá son algo más trabajosas, pero sus resultados son muy buenos:

  • Desecación: es una gran alternativa, y consiste en eliminar el contenido de agua que los alimentos. Se suele realizar con frutas, legumbres o hierbas. De esta manera las tendremos disponibles todo el año.
  • La salmuera y el salazón: el salazón consiste en hacer un “sándwich” de sal con el alimento que queramos conservar, poniendo sal encima y debajo del mismo. Se utiliza por ejemplo para el jamón o el bacalao. Con la salmuera se sumergen los alimentos en un líquido que tienen una gran cantidad de sal. Así se mantendrían perfectamente las anchoas, por ejemplo.
  • Al vacío: es una opción muy utilizada, que se basa en quitarle todo el aire a los alimentos, al guardarlos en un envoltorio que lo permita.
  • Con alcohol: es menos conocida, pero también muy eficaz. Para mantener por ejemplo frutas, se pueden colocar en un recipiente y cubrirlas con aguardiente que tenga 40º de alcohol. Nos aguantarán durante mucho más tiempo.
  • Encurtido en vinagre: es una técnica que consiste en sumergir los alimentos en vinagre para conservarlos durante más tiempo. Se suele utilizar sobre todo para frutas, verduras y hortalizas, aunque es cierto que los más famosos y los que más conocemos son los pepinillos o las

Así que ya sabéis, si preferís no abusar del frigorífico hay opciones muy válidas que se pueden llevar a cabo. En Monte Pinos Selección encontraréis productos frescos y de calidad para consumir en el momento o para probar estas técnicas de conservación y confirmar que funcionan. También podéis hacer la compra online en www.montepinoseleccion.es