La cocina madrileña es una de las más conocidas y tradicionales de nuestro país. No sólo por ser muy sabrosa, sino porque en ella vive parte de la variada y rica gastronomía española. Históricamente Madrid ha sido testigo de la llegada de personas de todos los lugares de la Península, que venían a buscar trabajo y, a cambio, dejaban un poco de sí mismos y de sus mejores recetas.
Si visitamos Madrid, tendremos la oportunidad de poder probar todo tipo de culturas, olores y sabores simplemente con nuestro paladar. Además, gracias al avance de la técnica, en Madrid recibimos los mejores productos desde todos los rincones. Tanto es así, que se dice que el mejor puerto de mar está en Madrid; donde se compran los mejores pescados y mariscos.
Sin embargo, Madrid tiene también sus propios platos, y hoy vamos a centrarnos en los más míticos: el cocido madrileño y los callos a la madrileña.
¿Sabéis cuál es su origen? Pues bien, ambos platos son de origen humilde. Eran consumidos por las clases más bajas de la sociedad, pero dónde y cuándo nacieron se desconoce. Se considera que es una comida creada a través de la experiencia de generaciones y generaciones, teniendo bastante en común con el cocido montañés o el cocido maragato, entre otros guisos y potajes que se realizan en nuestra geografía.
La popularidad de estos platos hizo que poco a poco comenzaran a expandirse por restaurantes y casas de comidas, dejando así de ser un plato exclusivo de la gente humilde. Además, las posadas a la salida de la ciudad empezaron a incluir estas recetas en sus menús, y paso a paso, viajero a viajero, llegaron al resto de provincias españolas.
Para hacer un buen cocido son imprescindibles los garbanzos, falda de ternera, cuatro superiores de gallina o pollo, un chorizo, una morcilla, panceta fresca, repollo, puerros, zanahorias, patatas y un buen hueso de jamón. Es importante saber que, a la hora de servirlo, se puede hacer todo junto o separando el caldo de la ropa vieja.
Sin embargo, para hacer unos buenos callos madrileños lo necesario es tener callos y morro de vaca, tocino, manitas, morcilla, chorizo, un diente de ajo, cebolla, pimentón, aceite, guindilla, perejil, sal y pimienta blanca.
El truco para crear un buen cocido o unos buenos callos madrileños es, a aparte de la mano de un bueno cocinero, la calidad de los alimentos. En Monte Pinos Selección, tenemos la suerte de poder ofrecerte estos productos de alta calidad. Desde los garbanzos hasta los propios callos, pasando por todas las verduras y demás alimentos que estos grandes guisos necesitan.
Seleccionamos el mejor género, y además, ayudamos a nuestros clientes aconsejándoles sobre cómo cocinar y cómo servir estos platos tan típicos de nuestra ciudad.
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