Es una de las piezas más queridas de nuestra cocina, tanto para un sofisticado mordisco como para un sabroso bocadillo. Con él nunca fallamos, y es el complemento gourmet de la dieta mediterránea.
Estamos hablando del jamón, uno de los alimentos más tradicionales de nuestra gastronomía. Eso sí, existen muchas diferencias de sabor y de calidad entre los distintos tipos de jamón que se producen en nuestro país, y a continuación vamos a ver cómo se clasifican.
La mejor calidad es la del jamón ibérico. Es el jamón que procede del cerdo ibérico, llamado así porque es originario de la Península. Es una variedad de cerdo de color negro, por eso se le llama jamón de “Pata negra”, que suele criarse en dehesas de alcornoque o encinas. Tienen la peculiaridad de infiltrar la grasa y acumularla en el tejido muscular, de ahí la típica veta blanca, blanda y brillante y su particular textura oleosa.
Su aroma y su sabor son muy potentes y su mayor o menor calidad depende de factores como la genética del cerdo, el ejercicio físico que haya hecho, el tiempo de curación que tenga y, muy importante, su alimentación.
Según lo que coma cada animal, podremos clasificar los tipos de jamón ibérico así:
Jamón ibérico de cebo: cuando el cerdo se alimenta en un cebadero a base de piensos.
Jamón ibérico de cebo del campo: son los que provienen de cerdos alimentados en el campo, al aire libre, a base de piensos y pastos naturales.
Jamón ibérico de recebo: hace referencia a los cerdos alimentados con bellotas durante la fase de montanera (de octubre a febrero) y con piensos y cereales durante el resto del año. Sin embargo, estos cerdos no llegan a alcanzar por sí solos el peso mínimo necesario, por lo que se les receba con un suplemento de cereales.
Jamón ibérico de bellota: es el jamón ibérico más puro y sabroso. En este caso los cerdos también se alimentan de bellota y piensos, pero alcanzan por si sólo el peso establecido, por lo que no hace falta aportarles más suplementos.
En España existen varias denominaciones de origen del jamón de cerdo ibérico, y son D.O. Dehesa de Extremadura, D. O. Jamón de Guijuelo, D. O. Jamón de Huelva y D.O. Los Pedroches.
Otra variedad muy típica en nuestro país es el jamón serrano, que, pese a no tener un sabor tan potente ni una textura tan fina como la del ibérico, sigue siendo un alimento delicioso.
Se le llama jamón blanco porque proviene de cerdos de capa clara que se crían de forma intensiva, es decir, en un cebadero, alimentándose a base de piensos y cereales.
Es un jamón curado, conocido popularmente como jamón serrano, aunque esta denominación sólo debe aplicarse a jamón con Certificación de Especialidad Tradicional Garantizada (ETG), que garantiza unas características especiales de elaboración, como la curación durante un mínimo de 7 meses en un clima frío y seco como el de la sierra. Según los meses de curación este tipo de jamón puede alcanzar diferentes categorías: Bodega o Bronce (de 9 a 12 meses), de Reserva o Plata (entre 12 y 15 meses) y de Gran Reserva u Oro(más de 15 meses).
En España, existen las D. O. Jamón de Trevélez y la D. O. Jamón de Teruel, aunque también son famosas muchos otros productores de jamón con una gran tradición y un buen producto.
En Monte Pinos Selección tenemos profesionales con muchos años de experiencia que cada temporada seleccionan personalmente las mejores piezas y las almacenan en óptimas condiciones para que conserven su máxima calidad.
Además, si lo desean, nuestros clientes podrán comprar un jamón completamente deshuesado, cortado y envasado al vacío, para que su almacenaje y consumo sea limpio, cómodo y sencillo.
¡Un capricho gourmet para todos los gustos!
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