Hace unas semanas os hablamos sobre el gazpacho y su ingrediente estrella, que, como bien sabéis, son los tomates.

Por eso, esta semana se va a dedicar un post a esta deliciosa y polifacética hortaliza. Los tomates son, sin ninguna duda, uno de los alimentos imprescindibles en todas las cocinas y, gracias a todas las maneras que hay de cocinarlos, son compatibles con todo tipo de comidas.

Los tomates son una gran fuente de minerales como el potasio, calcio, fósforo o magnesio. También contiene nagua y vitaminas B, C y A, y además son antioxidantes.

¿Cómo presentar los tomates?

Hay numerosas formas de incluirlos en nuestras comidas. Aquí os contamos algunas:

Salsa: clásica presentación del tomate, que puede llevar un sofrito de cebolla y ajo y algún pimiento o guindilla y resulta ideal para acompañar carnes, arroces, y lo más recurrido, pastas.

Ensaladas: un básico en todas las casas es cortarlo al gusto y añadirlo a ensaladas de todo tipo ¿quién no lo hace? En la mixta, en la campera, en la de pasta, en todas encaja un buen tomate.

Tomates rellenos: de pescado y mahonesa; a la boloñesa con picadillo de carne o con verduras de temporada al horno: cualquiera de estas soluciones funciona muy bien como entrante.

Sopas: más allá del gazpacho y del salmorejo en los que tanto brilla, el tomate cabe en cualquier sopa fría o caliente. Con frecuencia lo encontramos en la sopa de pescado o en la crema de marisco o en la magnífica minestrone, pero podemos ir un paso más allá e incluir un tomate rallado en una sopa de ajo o en una de fideos para enriquecer el conjunto de sabores.

Zumos: excelente propuesta para los tomates de temporada. El zumo de tomate con una pizca de sal y pimienta (hay quien añade gotitas de tabasco o salsa perrins) ha ejercido como aperitivo clásico para los que no toman alcohol ni bebidas con gas. En la era de los zumos detox y los batidos verdes, el reinado del zumo de tomate flaquea, pero no desaparece. Por algo será.

A modo de carpaccio: la combinación de un tomate de temporada y un aceite de oliva virgen extra de alta calidad es difícilmente superable. Presentado en rodajas, aliñado con unas gotitas de ese oro líquido y hasta con un ajo picado, nadie se resiste a su característico sabor.

En tostada o bocadillo: el pa amb tomaca es una obra maestra de la cocina española más humilde, además de conformar un fantástico desayuno. Por otro lado, la jugosidad que aporta un tomate a cualquier bocadillo (jamón o cualquier embutido, queso o atún, por ejemplo) no hay ingrediente que la supere.

¿Qué clases de tomates podemos encontrar?

Hay mucho donde elegir:

Cherry”: tan pequeños, crujientes y sabrosos… se pueden añadir a multitud de comidas o incluso comer solos. Se caracterizan por ser los de menor tamaño de su familia.

Tomates Roma: se reconocen por tener forma de pera, y son los más aconsejables para freír, rallar o hacer conservas, gracias a que tienen una pulpa sabrosa y pocas semillas. También sirven para nuestros amados gazpachos o salmorejos.

Tomate Raf: considerado uno de los mejores tomates. La joya de la corona. Es sabroso y perfecto para las ensaladas y su peculiar forma achatada. Suele incluir colores verdosos en su exterior.

Tomates amarillos o tomates de oro: hay muchas variedades de estos tomates para darles un toque diferente y original a los platos, y dejándolos madurar, pueden llegar a ser tan dulces como los rojos.

Margoble: son redondos, lisos y de un rojo llamativo. Gracias a su jugosa pulpa y sus pocas semillas nos regalan exquisitos gazpachos.

En definitiva, hay mil maneras de cocinar tomates y también existe una enorme variedad de ellos: de todas las formas e incluso colores. Los tomates combinan con todo, así que lo más importante es echarle imaginación a nuestra cocina. En nuestros establecimientos de Monte Pinos Selección podéis encontrar los tomates más frescos y de la mejor calidad. También podéis hacer la compra online en www.montepinoseleccion.es