Brasas, parrilla, carbón vegetal y sal gorda. He aquí los ingredientes imprescindibles para montar una barbacoa. El resto depende de nuestra imaginación y, sobre todo, de las ganas que tengamos de innovar a la vez que vigilamos nuestra alimentación, para no saturarla de grasas precisamente los meses de verano, en los que las rutinas de ejercicio físico y dieta se ven alteradas por las vacaciones.

Si bien las deliciosas costillas, la españolísima morcilla, la crujiente panceta y el picante chorizo constituyen los elementos más comunes a la hora de celebrar una barbacoa, no tenemos por qué ceñirnos a lo de siempre, y además, quienes están a dieta de control de peso o cuidan su colesterol o simplemente son vegetarianos agradecerán que tengamos en cuenta sus necesidades.

Es posible, más que posible, celebrar una barbacoa saludable. Aquí van unos consejos para ello:

  • Para empezar, importantísimo: calcular bien el número de asistentes y en función de eso, organizar las raciones con equilibrio y sensatez, porque en las barbacoas muchas veces se come de pie (que hace que ingiramos mayores cantidades) y sin orden concreto de primero, segundo y postre. Tengamos en mente que es mejor que no sobre comida y que nadie se indigeste por comer demasiado.
  • Lo que se asa en la barbacoa puede acompañarse de lo que queramos. Las guarniciones de champiñones, pimientos, cebolla o patatas asadas contienen menos calorías y grasas y suelen triunfar por su originalidad.
  • Carne sí, por supuesto, pero ofrezcamos variedad. La carne de pollo y pavo picada sirve para hacer unas jugosas hamburguesas y la ternera blanca es también una excelente opción, igual que las alitas de pollo asadas a la barbacoa.
  • Sí al pescado, y en particular, a la barbacoa. Pocas cosas más espectaculares hay que unas humildes sardinas asadas de esta manera. Pero también lucen muchísimo la caballa, el chicharro, el bonito del norte o las anchoas. El pescado azul es agradecidísimo y en términos nutritivos, una auténtica joya. El truco está en vigilar cuando se tueste la cola: señal de que al pez falta muy poco para estar listo.
  • Infinidad de opciones, todas impecables. Calabacín, berenjena, trigueros, setas, pimientos de todos los colores y el omnipresente tomate. Con ellas montamos unas brochetas de verduras: quedan tan ricas que casi resuelven como plato principal más que acompañamiento, en particular para quienes no comen carne.
  • Caseras contienen menos aditivos y azúcares y son más fáciles de preparar de lo que parece, aunque también hay salsas light a la venta.
  • Una macedonia de frutas de verano conforma el final feliz de una barbacoa baja en grasas, porque además de contener menos calorías, facilita la digestión.

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